El helicóptero militar se desplomó el viernes por la noche a pocos metros de tocar tierra en el sureño poblado de Santiago Jamiltepec, una zona cercana al epicentro del sismo de 7,2 grados que horas antes había sacudido varios puntos del centro y sur de México. El ministro del Interior, Alfonso Navarrete, y otros funcionarios, viajaban abordo.
Según las autoridades, una nube de polvo causó que el piloto perdiera el control y se desplomara sobre una camioneta en un campo abierto, donde los residentes locales habían establecido un campamento para pasar la noche ante el temor de que alguna réplica pudiera derrumbar sus casas.
El gobierno informó que la cifra de muertos subió de 13 a 14, incluidos un bebé de seis meses y una niña de 10 años.
“Había unas 20 personas acampando” para resguardarse de las réplicas sísmicas, pero cuando llegó el helicóptero los pobladores “se entusiasmaron y su curiosidad los llevó a correr en masa hacia la nave”, dijo a la AFP un militar bajo anonimato.
La gente “no ha acabado de digerir lo ocurrido y pasamos de ser los buenos a los malos”, dijo el militar.
Ejército mexicano asume responsabilidad de accidente
El ejército mexicano asumió su responsabilidad por el desplome de un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana que causó la muerte de 14 habitantes del municipio de Santiago Jamiltepec, en el sureño estado de Oaxaca.
El secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, viajó el sábado a la localidad alsuroeste de Oaxaca para reunirse con los deudos y declaró que “es importante que sepan que la Secretaría de la Defensa Nacional asume totalmente su responsabilidad de lo que aquí aconteció”, dijo.